Descripción
No es fácil combinar amenidad e instrucción cuando se trata de enseñar a los más pequeños los caminos de Dios. Por un lado, se pueden producir materiales sumamente atractivos y divertidos pero con bajo o nulo contenido espiritual. Por el otro, se pueden publicar obras de gran contenido espiritual pero que carecen del atractivo necesario para que los niños se acerquen a ellas y disfruten con su lectura.